Cómo ayudar a tu hijo a adaptarse mejor en su nuevo colegio
El inicio de curso marca un cambio importante para muchos alumnos, bien sea porque un cambio de residencia, bien sea porque sus padres han decidido que su hijo vaya a otro centro: la adaptación a un nuevo colegio. Cuando sucede surgen muchas dudas: ¿Se adaptará bien?, ¿encontrará nuevos amigos?, ¿será bien acogido por sus compañeros? Son preocupaciones lógicas entre los padres.
Para ayudarnos en esta tarea María del Mar Rey, profesora y tutora de sexto de Primaria de nuestro colegio, nos ofrece algunas pautas para que el alumno se integre lo mejor posible desde el principio.
Lo mejor es realizar visita al centro unos meses antes de que comience el nuevo curso. «Lo ideal es que el alumno pueda haber ido al colegio el curso anterior de visita para ver en qué clase va a estar, podérselo presentar a los compañeros y de este modo afrontar este primer día de clase con más seguridad», apunta.
En el caso de que no se haya podido hacer, o porque el colegio no ofrezca esta posibilidad o porque el traslado haya sido inesperado y se ha producido a lo largo del verano, la preparación va a ser menor, pero hay que tener en cuenta, como apunta la profesora, que, aunque «el primer día de clase los alumnos no saben que va a a venir un alumno nuevo, enseguida lo detectan porque cuando hacen las filas ven que hay un alumno que no conocen». En este sentido, su mensaje es de tranquilidad: «La experiencia me ha demostrado que el alumno es nuevo los tres primeros días. Luego los niños son mucho más sencillos que los adultos y enseguida se ponen a jugar y no tienen el menor problema para integrarse en las nuevas aulas».
Es frecuente que los miedos afloren en los padres: que su hijo se sienta aislado, que no sea bien acogido, que le cueste hacer amigos… Y es muy importante no trasladárselos al niño. «Lo normal es que la clase reciba muy bien al alumnado nuevo, por lo tanto, en ese sentido, el alumno que llega nuevo a un colegio tiene que sentirse tranquilo, porque los niños, de por sí son acogedores. Es más el miedo de los adultos. En esto tenemos que tener mucho cuidado porque somos nosotros los que le trasladamos ese miedo porque a nosotros sí que nos da pavor el hecho de ser nuevos».
Su consejo es que los padres tengan confianza y le hagan ver a sus hijos que en el nuevo colegio van a estar muy bien y que va a hacer nuevos amigos. «Una vez que llegue allí lo normal es que los niños se acerquen, le pregunten y el nuevo se sienta como uno más».
Los docentes ya suelen presentar al nuevo alumno a la clase y darle la oportunidad de que él mismo se presente al resto, contando algún pequeño detalle que quiera compartir, como de qué colegio viene o qué es lo que más le gusta hacer. «Luego el profesor se apoya en un par de alumnos para que le hagan de cicerone y actúen de embajadores o comité de bienvenida y le acompañen los primeros días de clase para enseñarle los espacios del colegios, las rutinas… para que el nuevo alumno no se sienta perdido».
El cambio de centro suele costar mucho menos en los cursos de Infantil y en los primeros de Primaria. A partir de 4º de Primaria, puede costar un poco más «porque han creado lazos de amistad con los compañeros de su antiguo colegio y sienten ese desgarro. Es lógico y tenemos que empatizar con ellos si algún día llegan tristes y dicen que echan de menos su antiguo cole».
Lo adecuado en estos casos es validar lo que sienten, decirles que es lógico y que les entendemos y favorecer su relación tanto con los antiguos amigos como con los nuevos. «Hay que hacerles abrir los ojos para que sepan que es una oportunidad de hacer amigos nuevos. Que los amigos que tenía en el otro colegio no los va a perder. Tenemos que invitalos a casa y que se sigan viendo e incorporar a los nuevos.Y decirles: «no pierdes, ganas otros nuevos».
Apuntar al niño a actividades extraescolares con los nuevos compañeros y organizar juegos o alguna merienda en casa para que se conozcan mejor puede dar muy buen resultado. A su vez, los profesores estarán pendientes de la dinámica de la clase y de cómo se vaya moviendo el nuevo alumno en los patios. «Hay que invitar a los alumnos para que se mueva en distintos grupos. Tendemos a cerrarnos en los primeros que conocemos, como esos dos o tres alumnos que les dan la bienvenida, pero hay que invitarles a que se abran a otros grupos y a distintos compañeros de clase para ir encontrando afinidades y puntos en común con el resto».