Mejorar la comunicación entre padres e hijos adolescentes
La comunicación entre padres e hijos adolescentes plantea el doble reto de poner límites y de ganarse su confianza a la vez. Cuando entran en esta fase llena de cambios, los amigos e iguales comiencen a cobrar cada vez más importancia, robando cierto protagonismo a la familia.
Lo primero que debemos recordar como padres es que hablar no es interrogar; la comunicación es bidireccional. Debemos saber qué les interesa, como primer paso. Segundo, compartir con ellos, es decir, hacerles partícipes de nuestras vidas, y en tercer lugar, olvidarnos de juzgar todo lo que nos cuenten.
Lo explica en este interesante vídeo, la psicóloga especialista en psicología deportiva y de la salud con niños y adolescentes Patricia Ramírez.
Hay factores que dificultan la comunicación con nuestros hijos adolescentes, como su deseo de independencia, pero no es una tarea imposible; lo importante es romper barreras. Para ello, como padres y madres no debemos olvidar nunca estos puntos:
- Escucharles siempre con atención. Cuando se animan a compartir algo con los adultos, debemos mostrarnos receptivos siempre.
- Debemos mostrar empatía y optimismo, para que continúen confiando en nosotros cada vez que les surja algo. Hay que ser muy prudentes a la hora de mostrar reacciones y de emitir juicios sobre lo que nos cuentan.
- Hay que respetar siempre a sus amigos, para ellos son fundamentales. Si identificamos algún comportamiento de estos que no nos convenza, debemos referirnos siempre a ese modo de actuar, no a la persona en sí.
- Podemos contarles anécdotas personales que tengan que ver con lo que plantea. Conocer cómo éramos o qué hacíamos a su edad en una situación similar es valioso y le interesará.
- Es muy positivo mostrar interés por aquello que le gusta, ya sea música, deporte, videojuegos… es una forma de abrir una nueva vía de comunicación.
- Si nuestro hijo se muestra reacio a hablar, hagamos algo juntos: un paseo, un juego…En el Colegio CEU San Pablo Montepríncipe contamos, además, con la figura del orientador, la acción tutorial y con el Gabinete Psicopedagógico. Están disponible no solo para aconsejar a nivel académico a nuestros alumnos; también se les pueden plantear cuestiones personales y familiares.