Impulsar el talento emprendedor desde las aulas es clave para nuestros niños
Bill Gates (Virgin), Steve Jobs (Apple), Anita Roddick (The Body Shop), Clemente Cebrian (El Ganso), Carlota Mateos (Rusticae)… Los empresarios que han triunfado no nacieron con el gen emprendedor. «Nadie nace emprendedor, el emprendedor se hace. Alguien puede argumentar que en familias de emprendedores es común encontrar más emprendedores. Cierto. Pero no es por herencia, es por la educación que esas personas reciben». Así lo explicaba en su blog Alejandro Vesga, director de la revista Emprendedores. Por tanto, como concluye Vesga en su narración, «ser emprendedor no es una cuestión innata: aunque influye mucho el entorno en el que vivas, depende única y exclusivamente de que te lo propongas».
Sin embargo, es una propuesta que puede asustar. Por eso este periodista destaca la necesidad de incentivar el emprendimiento desde el colegio, como una opción más para cada persona: “La sociedad está muy entrenada para trabajar por cuenta ajena. Hay que cambiar ese chip. No digo pasar de un lado a otro, pero sí formar para que los chavales lo vean como una alternativa, y sin miedo al fracaso. Es muy importante que haya formación técnica en la enseñanza, pues prácticamente no hay estudios que no ofrezcan la posibilidad de iniciar una actividad empresarial».
Crear y desarrollar ideas de negocio
Nuestra economía requiere que nazcan nuevas e innovadoras empresas, que la gente se anime a emprender; todo un arte, como dicen los expertos, que se puede aprender. En el CEU lo sabemos y valoramos el emprendimiento como una forma de potenciar el desarrollo intelectual, social y humano de nuestros alumnos, quienes participan de forma activa, y no sólo receptiva, en la creación de ideas de negocio o en el diseño de nuevos productos o servicios. También aprenden a validar esas ideas, para averiguar si es atractiva para el mercado, y colaboran en su puesta en marcha. A través de nuestros programas de emprendimiento, actividades y talleres trabajamos con nuestros alumnos aspectos vinculados a la creación de empresas, como la elaboración de un plan de negocio, y su posterior presentación y gestión, con la toma de decisiones que conlleva.
Es también uno de nuestros retos en la Escuela de Liderazgo, donde niños y niñas aprenden a pensar, algo que para su mentor, Robert Swartz, implica ser creativos (producir ideas), ser críticos (saber analizarlas y evaluarlas) y hacer todo esto de manera rigurosa y atenta (pensar cuidadosamente). “Estos son, además, los pasos previos que posibilitan la toma de cualquier decisión”, destaca Swartz, cuando la toma de decisiones es esencial en cualquier negocio. Además, desde la infancia, trabajamos con métodos como el Design Thinking para que nuestros niños aprendan a desarrollar ideas innovadoras.
Aprender a emprender es importante. Y no sólo porque nuestro país necesite más emprendedores, sino también porque será una ventaja competitiva para nuestros niños. Porque, a la hora de seleccionarlos para cubrir un puesto, los empleadores valorarán sus capacidades y habilidades para ser emprendedores. Cada día más, las empresas buscan personas con espíritu emprendedor, con capacidad para realizar un esfuerzo adicional por alcanzar una meta u objetivo, agregar valor a su trabajo, producto o servicio, emplearse en la búsqueda diaria de nuevos caminos para innovar en los procesos productivos o, mejor aún, en los modelos de negocio. Por todo ello, estamos seguros de que aprender a emprender desde las aulas es esencial.