La importancia de educar potenciando las inteligencias múltiples
«Una escuela centrada en el individuo tiene que ser rica en la evaluación de las capacidades y de las tendencias individuales. Intentemos asociar individuos, no sólo con áreas curriculares, sino también con formas particulares de impartir esas materias».
Howard Gardner.
El modelo educativo de los Colegios CEU se basa en la innovación, pero también en la adaptación y la flexibilidad, poniendo las capacidades e intereses personales de cada estudiante en el centro. La meta es que el alumnado se convierta en protagonista de su propio aprendizaje, y que este sea activo. Dejamos así al profesorado el papel de guía, de apoyo y de consulta, que transmite los conocimientos y reta a los estudiantes a pensar.
Una educación innovadora centrada en los intereses de cada alumno
Gardner, el autor de la cita que mencionamos al principio, es conocido como el padre de la teoría de las inteligencias múltiples. Su interesante planteamiento se basa en la idea de que las personas desarrollamos distintos tipos de inteligencias, en función de cuáles sean nuestros intereses y pasiones. Si esto es así, no tiene sentido una educación estándar, igual para todos. La educación debe ser entonces personalizada, ajustada al tipo de aprendizaje más adecuado para cada alumno.
Gardner señala que hay que evitar limitar a cada estudiante en el qué y el cómo debe aprender. Más bien, como educadores, debemos poner el foco en lo que llama la atención a cada estudiante, en aquello que puede convertirse en su vocación, para entonces facilitar su aprendizaje.
Tradicionalmente, se han potenciado las inteligencias lógico-matemáticas y las lingüísticas, relegando al resto a un segundo plano. Pero en estos últimos años se ha empezado a dar a estas otras inteligencias la importancia que se merecen en el marco de una educación sea integral. Desde este punto de vista, la tarea del educador es identificar los puntos fuertes y aquellos más débiles de cada niño, y realizar una labor de refuerzo. De esta manera, y siempre escuchándoles de forma activa, los niños tendrán mayor equilibrio, confianza en sí mismos y autoestima.
Gestionar las importantes implicaciones de las inteligencias múltiples en la educación es todo un reto al que nos enfrentamos en los Colegios CEU y para el que trabajamos día a día.
¿Cuáles son las 8 clases de inteligencia?
La idea limitadora de que la inteligencia es única e indivisible pertenece al pasado. La plasticidad del cerebro señala que puede ser modificado, al igual que la inteligencia, por las condiciones del entorno, las relaciones sociales y la forma de pensar y comportarse. Es decir, cambia y mejora con el uso. La inteligencia es, por tanto, plural. Hay varios tipos y ninguno es superior a otro; todos son igual de valiosos, aunque hayamos sobrevalorado la matemática y la lingüística históricamente. Estas son las ocho clases:
- Lógico-matemática
- Lingüística
- Espacial
- Corporal/kinestésica
- Musical
- Intrapersonal
- Interpersonal
- Naturista
Según la teoría que nos ocupa, cada persona destaca en distintos grados en cada una de las inteligencias, en algunas más que en otras. La genética solo influye a la hora de determinar cuáles serán las predominantes. Queda claro que podemos ser inteligentes en muchas formas, y es tarea del profesorado y de los propios estudiantes ganar habilidad en cada una de ellas. Para ello es vital un modelo educativo que proporcione a todos los niños oportunidades para desarrollar las distintas clases de inteligencias. Al eliminar límites, tendremos un amplio abanico de posibilidades para descubrir las fortalezas de los alumnos y potenciar los puntos menos desarrollados.
La clave está en prestar atención a los mensajes que les transmitimos acerca de ser más o menos inteligentes, así como el trabajo conjunto entre familias, educadores y los propios estudiantes. Asimismo, debe haber coherencia entre las inteligencias más destacadas en cada niño y el aprendizaje a través de las distintas estrategias que planteemos desde el centro, para así ayudarles a desarrollar su máximo potencial.