Las metodologías activas enriquecen nuestro modelo educativo

Uno de los objetivos del Colegio es que cada alumno se convierta en protagonista de su propio aprendizaje y que también conozca la realidad de su entorno. Así se preparan de forma óptima para enfrentarse al futuro y también para trabajar en mejorar la sociedad. Todo esto se logra a través de las metodologías activas de enseñanza.
Las metodologías activas que empleamos en los Colegios CEU son claves en nuestro innovador modelo educativo. Nos referimos por ejemplo al Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP), el trabajo cooperativo o la gamificación.
Beneficios de las metodologías activas
Con las metodologías activas se potencia el trabajo en equipo, generando espacios de debate, colaboración y construcción cooperativa del propio aprendizaje. Convierten al alumno en un elemento activo en el proceso del aprendizaje, y no es uno pasivo que memoriza.
Por otro lado, las metodologías de aprendizaje cooperativo, en equipo, generan un proceso en el que investigo, reflexiono, debato, acuerdo y genero un producto final.
Una de las más destacadas es que permiten asociar los intereses de los estudiantes con los contenidos del currículum. Así consiguen comprender el mundo que les rodea e interactuar e intervenir en él.
También se fomenta la motivación, la participación, el debate y el pensamiento crítico. Pero, además:
- Ponen fin a la enseñanza basada en las clases magistrales y la memorización.
- Permite aprender a través de la indagación y el descubrimiento.
- Se centra en la observación y la emisión de juicios en base a hechos y acciones.
- Orienta el trabajo a la resolución de problemas.
- Mejora la retención de conceptos.
- Favorece el aprendizaje autónomo.
Un proceso constructivo
La forma de aprender se plantea comoun proceso constructivo y no solo receptivo. Se lleva a cabo un aprendizaje significativo, con el que el estudiante relaciona la información nueva con la que ya tiene, reajustando y reconstruyendo ambos contenidos durante el proceso.
Es decir, nos encontramos ante lo contrario al aprendizaje memorístico, con una apuesta por el fomento del pensamiento de orden superior y crítico. La metacognición también tiene un papel muy relevante, por eso la trabajamos en el Colegio CEU San Pablo Montepríncipe desde Educación Infantil. La clave en esta perspectiva de la enseñanza es “aprender a aprender”.
Aprendiendo a aprender, los niños desarrollarán capacidades tan necesarias como la concentración, la autonomía, la autoestima y la motivación por el aprendizaje.
Entendemos metacognición como el conocimiento que tenemos de nosotros mismos como aprendices, de nuestros puntos fuertes y nuestros puntos débiles, de nuestras características personales que puedan afectar a nuestro rendimiento… También el conocimiento que tenemos de la tarea a realizar, es decir, su mayor o menor dificultad, que nos ayudará a definir, como aprendices, la mejor estrategia para llevarla a cabo.
El profesor, guía y mediador
El profesor ejerce de guía y mediador. Además, es su responsabilidad planificar y diseñar las actividades y las estrategias, así como elegir las herramientas. Todo ello debe dar pie a la creación de esos espacios comunes de intercambio de conocimientos y aprendizaje mutuo.
El profesor es el verdadero motor del cambio. Hasta hace poco ha sido el guardián del conocimiento y su función era transmitirlo y asegurarse de que ese conocimiento era adquirido. Ahora el conocimiento está en muchísimos sitios, es accesible desde instrumentos y herramientas muy diferentes, de manera que lo que los alumnos necesitan es que el profesor asuma ese nuevo rol y que comience a programar, a organizar actividades, a comprobar la consecución de esos objetivos de una manera diferente y a acompañar de manera individual las necesidades de cada uno de los alumnos. Que impulse, por tanto, las destrezas de orden superior del pensamiento, analizar evaluar y crear.