En el Colegio CEU San Pablo Montepríncipe, el alumno es el centro de su propio aprendizaje. Tiene que ser el protagonista de todo el proceso, un agente activo y motivado que desarrolle conocimientos y habilidades bajo la tutela del profesor.
En este marco, el profesorado se convierte en una guía que propone retos y acompaña a los estudiantes, y que emplea las TIC como herramientas cotidianas en el aula. Además, apuesta por contenidos y estrategias didácticas diversas y transversales.
El prestigios e influyente psicólogo Howard Gardner, en los años 80, dio forma a la teoría de las inteligencias múltiples. Según esta, las personas desarrollamos distintas clases de inteligencia en función de nuestros intereses. En base a ello, se concluye que, es positivo personalizar la educación y ajustarla al tipo de aprendizaje más indicado para cada alumno. Para ello es fundamental que los educadores pongamos más peso en aquello que despierta el interés y las pasiones de cada estudiante. Si les animamos a encontrar su vocación, facilitaremos su aprendizaje. Así, se hace necesario ir más allá de las inteligencias lógico-matemáticas y las lingüísticas, poniendo al mismo nivel las otras inteligencias. Solo de esta forma lograremos una educación completa e integral.
Los docentes tienen como tarea identificar en qué destaca y en qué tiene más dificultades cada alumno, para potenciar y reforzar en la medida que sea necesario. Niños y jóvenes, cuando son escuchados, desarrollan una mayor motivación y confianza en sí mismos.
Según Garner, la pluralidad de la inteligencia nos hace pensar en ocho tipos, todos importantes y con valor. Cada persona destacará de una forma y nivel en cada una de ellas:
En el Colegio queremos facilitar a todo el alumnado la oportunidad de potenciar aquellas inteligencias en las que destaca, así como brindar apoyo en el resto para que todos tengan una educación lo más completa y enriquecedora posible.
Desarrollar la inteligencia emocional es uno de nuestros empeños. La empatía, las habilidades sociales, la autoregulación, la motivación y la conciencia de uno mismo conforman la inteligencia emocional. Trabajarla es vital para que nuestros niños se vayan adaptando a los cambios de etapa y crezcan con una sana autoestima y felices. Además, desarrollarla les resultará especialmente útil para enfrentarse a los retos de los estudios universitarios y de la posterior etapa laboral.
Según Daniel Goleman, responsable de la definición de inteligencia emocional, “En un sentido muy real, todos nosotros tenemos dos mentes, una mente que piensa y otra mente que siente, y estas dos formas fundamentales de conocimiento interactúan para construir nuestra vida mental”. Las emociones son muy poderosas, y la mejor manera de manejarlas, en palabras del autor, es a través de la inteligencia emocional. Así, se hace indispensable para tener una vida feliz y lograr el éxito académico y profesional.