El uso de la tecnología, una decisión en familia
La escritora y psicóloga Elizabeth Kilbey es investigadora en el área de la psicología clínica y está especializada en el período de los 4 a los 11 años, crucial para el desarrollo infantil. En los últimos años las consultas de padres y madres acerca de cómo plantear el uso de la tecnología en casa le ha hecho publicar el libro “Niños desconectados”. En él aporta soluciones y herramientas para gestionar el uso seguro de las pantallas y de Internet entre los más pequeños.
En la siguiente entrevista trata este tema, entre otros:
El uso de la tecnología, una decisión en familia
Según esta experta, la forma de crecer de los niños hoy en día, con la tecnología tan cerca, dista mucho de la de sus progenitores. Aún es pronto para saber cómo esta exposición afectará a su desarrollo, aunque ya sabemos que provoca sedentarismo, algo que intentamos paliar en el Colegio CEU San Pablo Montepríncipe promoviendo hábitos saludables. Así, señala que la tecnología no debe estar presente en todas las etapas del crecimiento, solo en las adecuadas.
En nuestra sociedad, la búsqueda de estímulos y entretenimiento es constante. Sin embargo, Kilbey indica que los niños y niñas deben aburrirse de vez en cuando; esto les permitirá ser creativos, activos y soñadores.
Para superar los conflictos familiares que puede provocar el uso de la tecnología, apunta la importancia de instaurar reglas. Hace un símil con las chucherías: las pueden consumir, pero con límites. Lo mismo ocurre con la tecnología, es útil y positiva pero siempre que no se consuma en exceso.
Así, anima a planificar entre padres e hijos cómo será ese uso, y plasmarlo en un documento en papel que se puede diseñar de forma colaborativa. De esta forma los niños tendrán claro cuáles son los límites e irán desapareciendo los típicos enfados que surgen al quitarle el dispositivo que tienen en las manos. Para ello también es vital no devolvérselo como solución rápida para eliminar la rabieta. Hay que mantenerse firme y recordar cuáles son las normas.
El papel de la tecnología educativa
Hay multitud de aplicaciones educativas que pueden resultar útiles y atractivas, pero pocas veces son imprescindibles. En el Colegio CEU San Pablo Montepríncipe empleamos las TIC en las aulas como forma de motivar, captar la atención y promover la participación del alumnado. Las pizarras digitales son recursos muy prácticos para el profesorado, que permiten enriquecer la experiencia educativa. Estas herramientas y otras similares aportan muchos aspectos positivos a la educación, pero hay que saber emplearlos en su justo momento y de forma racional.
¿Cuándo deben tener el primer móvil?
La experta aconseja a padres y madres de niños entre los 4 y los 11 años limitar al máximo y con firmeza el uso de la tecnología. En esta etapa, la socialización más relevante se da en el entorno familiar, y debe ser cara a cara, para que aprendan a entender el lenguaje corporal y las expresiones faciales. Por eso insiste en que el uso del teléfono móvil o las redes sociales aún no es adecuado.
En la adolescencia la situación cambia y comienzan a dar más importancia a las relaciones entre iguales. Por eso, lo más relevante es tener una buena comunicación con los jóvenes, para saber qué hacen en cada momento y para que confíen en nosotros y nos cuenten. Es vital mostrarles que, aunque el móvil sea suyo, el control y las normas las establecen los adultos. El tiempo de uso, en qué zonas de la casa, qué tipo de aplicaciones bajarse, tenerlo o no durante la comida… Todo debe estar pautado, y es imprescindible que los progenitores respeten también esas normas para dar ejemplo.
No perdamos de vista que según las normas legales de la mayoría de redes sociales, hay que tener un mínimo de 14 años para registrarse. Es una edad adecuada, puesto que primero tienen que adquirir las habilidades para manejarlas. Esto incluye el saber discernir los tonos y las intenciones que puede haber detrás de las comunicaciones digitales. Interpretar correctamente lo que leen, ser conscientes de que lo que publiquen queda registrado para siempre y que cuidar la privacidad es primordial.